miércoles, 26 de agosto de 2020

Y si te quiero…

Y si te quiero…

Los segundos enfatizan la realidad, la realidad a la vida. 

Sé que no soy perfecto. 

Que podría esto no serlo. 

Pero, por qué buscar perfección cuando despierto y sé que me has elegido sin que se haya dicho.

Cuando despierto porque en mis sueños estás acompañándome por senderos que luego olvido.

Cuando cada imagen se completa con tu mirada, tu corazón late y tu pensamiento no me deja.

Para qué lo perfecto, si quiero pataletas, los gestos de enojo. Yo en otra situación te abrasaría con sólo mirarte. Quiero rasgo de alegría, de satisfacción, de esperar por una noticia.

 

Por qué querer lo perfecto, si en ello no estaríamos con nuestros aciertos y desaciertos. Con los planes que se van realizando sin saberlos.

 

Para qué querer lo perfecto, si en los versos que me escribes me encuentro.

Entre la espada y la pared, en las condiciones adversas y me quedo, porque te encuentro.

Porque quiéreme ir si ellas no son determinantes.

Porque no afrontarlo si te quiero en mi vida, en mi tiempo, en mis sueños.

En cada instante en que despierto

Es que pienso, quiero, digo, hago y siento el verbo quedar(me).

 

Lo perfecto es una palabra que encuentro en un círculo que se ve de lejos.

Porque si puede acercarse tanto la visión a él, son líneas rectas que demuestran que es un polígono.

Para que lo perfecto, si hablaríamos de exigencias.

Prefiero lo que nace en un día, que se logra en un momento, y aunque estés únicamente y con certeza por tus enunciados, un día a la vez y a ello le tengo cierto sentimiento, sigo esperando que no sea perfecto para verte cada vez como hasta ahora, verte cómo eres, verte misteriosa, divertida, ver tu sonrisa cuando miras a la pantallita.

Esperar un besito en una mejilla.

 

¿Quieres saber porque no aspiro a lo perfecto? 

porque yo ya he alejado a los contradictores, he confrontado a los optimistas y convencido a los pesimistas, que esta vez soy yo, qué hay un proyecto indivisible esperando conformase en la especificidad de la unicidad.

 

No quiero perfecto porque titubearía. 

No aspiro a perfecto porque me consumiría, al borde de la extinción.

Quiero la construcción de lo que esa palabra nos dé para el equilibrio. 

En una ocasión supe que si uno ve la unicidad de alguien puede comprender que se ha enamorado. 

Yo hasta ahora lo puedo haber interiorizado, voy en el camino de lo esperado. 

La frecuencia con la que estamos es la muestra.

Un día de ausencia puede ser terrible, no sería un caos, sería algo impensable.

No hay imperativos al hidrógeno, como buscar imperativos a un verbo que está en tu idea.

Y aunque no soy perfecto, sé que no quiero equivocarme porque la justificación en ello es estar contigo, así se encuentra mi tiempo, en la medida en que estemos juntos.

No quiero un perfecto como estereotipo.

Quiero nuestro propio perfecto. Un perfecto construido por los dos.

 

 

Con todo mi cariño, Snedy querida,

Quien tú quieras que yo sea, porque sé quién soy yo, para ti.

26 de agosto de 2020.

0 comentarios:

Publicar un comentario