domingo, 23 de agosto de 2020

¿por qué el hidrogeno?

 

¿por qué el hidrógeno?

Indagué que el hidrogeno es la molécula más sencilla encontrada en el planeta y fuera de él. Es el primer elemento de la tabla periódica. Contiene 1 electrón, 1 protón y es liviano en cuanto a la cantidad de masa que lo compone. Pero es considerado como la molécula base de la vida y de la formación de los sistemas planetarios en la vía láctea. Y ¡sí! molécula y no elemento, porque la energía de ionización que se requiere para poder generar la ruptura de este enlace de carácter covalente es aproximadamente 1.310 k J / mol, qué cantidad de energía, ¿no? Toda esa cantidad de energía es única y exclusivamente para poder encontrar al hidrogeno como ion.

Ahora puedes imaginar la cantidad de energía que debe generar el conglomerado de hidrogeno al interior de una estrella, al provocar la formación del helio y a su vez fotones. La estrella cuando colapsa envía hidrogeno a todo el sistema. Sí, somos el resultado del polvo suspendido en el oscuro y frio universo. Carl Sagan no hubiese podido decirlo mejor, “somos polvo de estrellas”. (por qué hidrógeno, es que recordé el día en que te dije esto y recordaste a Alberto Plazas)

Así como el hidrogeno puede ser el más sencillo de las moléculas y desatar una cantidad energética impresionante. Cómo la compañía en la distancia, un apoyo no solicitado, una entrega sin desviación del ser, una acción que siento que no es sencilla, puede generar la producción de una de las sustancias segregadas por el hipotálamo del ser humano. Además de ser la responsable de sentir la confianza, confortabilidad y formación de vínculos de manera específica, dicha sustancia que parece sencilla porque tiene hidrogeno.

Me devane los sesos entendiendo esto, aunque lo sienta. Sé que siempre la explicación no tiene que ver con la vivencia. Si me sumerjo en este apartado, algo cientificista, no soy científico, no es por impresionarte, es porque salgo de los terrenos para decir lo siguiente. Eres hidrogeno, generas la vida sin que te lo pidan, provocas con un sólo protón hacerme más optimista y con un sólo electrón provocar los momentos magnetismos. Te preguntaras porque el hidrógeno. Es que sin el hidrógeno no habría nada más. Y además no es porque se requiera de algo, es que es el número uno, el numero único que conforma la dialéctica de contenido, así lo entiendo desde los números binarios, 1-0.

Al sentir tu humanidad se exige al hipotálamo segregar una sustancia, esa que tiene hidrógeno, [discúlpame, pero creo que sabes más de esto, por eso me hago caso omiso para decir cuál sustancia, según leí, es bioquímica, pero la ciencia es tu dominio, así no hago el ridículo], para que haga de las suyas y haga sentir.  Que se generen preguntas, tanto así que se hacen desconocidas, porque colisionan en el pensamiento o la intuición, se medían por contradicciones, condición humana, como, ¿por qué no vernos?. De esas contradicciones me refiero. Son los intentos por los cambios que dejan un tanto aturdido, lo permitido por la acción de las neuronas.

Casi como adventicia, para mí, a pesar de no ser un texto elaborado por lo acostumbrado, [estoy en terrenos desconocidos, muy abstractos como el arte, pero para ti son tangibles y para mi podrían ser gaseosos], lo realizo con la entalpia, con la lógica y la pretensión, de que la energía con la cual me enfrente a escribirlo porque te pienso, y a comunicarlo se remita a saber si los números o las teorías concuerdan. Si es así, quisiera que pudieras comer, un pedacito chitito de chocolate, para que logres entender la fascinación de los neurotransmisores de los cuales leí por la curiosidad del hidrogeno y terminaron confundiéndome con cadenas que no comprendo. Pero tú sí. Porque ando sintiendo. Tal vez luego vuelva para poder hablarte lo que entendí sobre esas representaciones de cadenas.

Querida Snedy, eres hidrogeno. Mujer bonita.

Con todo mi cariño,

 tu humanista, que trató de hablar científicamente.

23 de agosto de 2020

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