jueves, 30 de julio de 2020

A tu belleza

Amable y aún desconocida Señorita Esnedy.

Espero que estas letras te encuentren bien.

Imaginaria y vagamente he encontrado tu mirada. Vagamente he querido pensar que es así. Quevedo, confirió, que se revive con la lectura un pensamiento, en este caso el mío, mi voz, que trata de corregir cada letra que escriben mis manos, cada frase que trato de encajar para no quedar en ridículo.

Me he preguntado cómo sería conocer a una persona de una manera que vuelva hacia el pasado. La conversación, las respuestas, los interrogantes me hacen pensar en ello. No el pasado como un tiempo vivido, agotable e infinito, nuevamente como Proust o el mismo “gaseoso” (Galeano, E. 2020) Borges, sino, una manera de proceder de época. El asunto de la correspondencia así me lo hace cuestionar.

Es que hay algo que podría pensar, en que incansables e innumerables hombres de la maestría de lo sensible, y hasta carentes de sensación, habrían encontrado el referente para construir las obras que le devuelven el sentido al arte, un realismo o un hiperrealismo y porque no, un nuevo renacimiento por la experticia y especialidad en la composición artística. Habrías atraído a la historia para quedar en la memoria, de todos aquellos que, al saber de ti, quisieran saberlo todo; exegetas que habrían construido estructuras interpretativas de su existencia y replicadores de tu imagen para hacerte parte de la eternidad. Pero te vi yo porque me viste a mí, quiero creerlo, y lo único que pude hacer fue proponer un sistema guiado por la gramática para poder conocerte y nunca dejar la curiosidad por lo que eres y tu devenir. Unas dicotomías o dualidades podrían iniciarse, para saber que te agrada con respecto a lo que a mí me agrada y me conflictúa también.

Podría intentar entender que tu imagen ha de quedarse por la complejidad con los hombres que poseen imaginación, que los atrapa la inteligencia y la constancia de lo inteligible también, a los otros les corresponden mujeres “de apariencias”. Podría quizás atravesar un mundo entero de condiciones para averiguarlo. Esnedy, podrías tu misma hacer hasta lo imposible sin saber que lo haces y por ello estaría justificada la línea leída. Debo también confesar que existe una satisfacción inteligible, pues me he atrevido a revivir un espacio de la comunicación. Puede que sea el único o no, que se atrevió a escribirte, que, aunque parezca una forma extraña para llegar a ti, es la forma que podría permitir la distancia, para pensar, para tener el tiempo suficiente y relacionar el mundo con la lectura.

 

DPG

24 de Julio de 2020

 

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