Un día no como otro día
En algún sueño escuche, que, si mi guitarra llegaba a funcionar en algún momento, la respuesta que tendría sería de una sonrisa y tal vez del sonido de una voz. Que, si la voz era la respuesta, es porque la acompaña el viento hasta hacerse un susurro. Que, si lograba perfeccionar el ritmo, podría ser que los árboles se moviesen, el suelo temblase, el agua se acercase y el fuego aumentase las ansias de la perfección, como si estuviera dentro de la armonía, aunque esto sea desconocido. Algo entendí de los cuatro elementos. Entendí que no hay fuego sin agua y tierra sin viento, entendí en el sueño, que podría existir un milagro delator, que en la complicidad de la inquietud provocara una realidad para que aparecieras tú.
Pero en el sueño también existía algo más. Algo de lo que el cielo no tiene, que se mantiene desconocido. Parece que se acerca al miedo. Al miedo del enfrentamiento de la realidad por el sueño. Sabes, hay un gasto de energía de más cosas al final del sueño. Es decir, hay un avance de esos que van con cierto sentido, porque el adelante lo orienta una dirección. Un adelante hacia el sur o adelante hacia oriente.
Siento que el sueño en sí mismo se sirve de buscarte, de conocerte, de saber quién eres. De andar en busca de tu pensamiento. De preguntas que no se contestaran. De algo que desgarre la fantasía, porque es esclarecimiento.
En el sueño había luz y oscuridad, y quizás ambas están relacionadas con el sonido. Puede que es por ellas, que sea transportado el ritmo.
Hay momentos en que el sueño parece que protesta contra la realidad, pero pienso que la realidad deja que el sueño exista. No es un sustitutivo sino constitutivo. Por razones harto incomprensibles para mi surge una negación. Hay una negación a la creencia de la existencia que, en tan movida época, una mujer con tantas destrezas e inteligencia se fijara en lo que soy para dejarla acompañarla en las tardes o en las noches. ¿Será que los dioses así actuaron?, si fuésemos griegos, algo trama inquietud. Yo sólo sé que, aunque el sueño es inexacto para entregarse a su realidad, existe una conexión de los sucesos que me han hecho soñarte.
H[DP]
17 de septiembre de 2020
PD. Este es el verso completo del coro de la canción de Caifanes.
“Antes que muera déjame amarte en vida,
Hasta que el cielo se caiga por nosotros
Antes que muera déjame amarte en vida,
Hasta que el sol, se escape con la luna.”
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